CURSO DE NUTRICIÓN Y DIETÉTICA

jueves, 4 de septiembre de 2014

La Voz de Espejo de Alicante "PASEO CON LOS GANSOS"

Inocencio, como ya sabéis, era el pequeño cerdito que siempre se hacia acompañar del pajarito llamado Pitti Eran grandes amigos y vivían aventuras juntos. Un día contemplaban con curiosidad una manada de gansos que, con andares cadenciosos, se dirigían, uno tras otro, hacia un ancho y bonito rio. Una vez en la orilla se posaban sobre el agua, nadando. Flotaban con mucha dignidad.

 Pitti quiso imitarlos y nadar sobre  las aguas del río., pero pronto salió volando al comprobar que se mojaban sus pobres plumas. Uno de los gansos que se encontraba cerca, se dirigió al pajarito:

-Avecilla, avecilla, siento que no puedas nadar como nosotros. Si quieres puedes acomodarte sobre mi trasero y, con mucho gusto, te invitaré a pasear con la manada.

-Gracias. Me gustaría mucho, pero no puedo dejar a mi amigo, que es un cerdito y pesa demasiado para vosotros.

-Eso es verdad. No podríamos con él.

Los dos amigos se miraron con resignación, pero Pitti, no se conformaba, ya que cuando quería algo, era muy tenaz y luchaba para conseguirlo.

-Mira, Inocencio, ¿ ves aquélla caja de madera  que hay al otro lado del rio? – Si, la veo – contestó éste.

-Si consiguiéramos llegar hasta ella, podríamos meternos dentro y pasear con los gansos.

-¡Caro! ¡Pero si pudiéramos ir al otro lado, no necesitaríamos la caja!

-Si…si… claro, tienes razón – reconoció PTTI, un poco avergonzado.

Y así, cabecita y morrito, siguieron pensando.

Mientras tanto, uno de los gansos, el más grande, que al desplegar sus alas media casi un metro, les dijo algo al oído a otros dos gansos que nadaban cerca y, los tres juntos, emprendieron el vuelo hacia la otra orilla del río.

PITTI, subido sobre el lomo de Inocencio, observaba todas sus maniobras y, picoteando varias veces al reluciente cerdito, le alertó para que mirara lo que sucedía.

Los tres gansos tiraban de unas cuerdas, que la caja de madera tenía anudadas en los extremos, hasta que con gran esfuerzo, consiguieron levantarla, emprendiendo el viaje de vuelta hacia la otra orilla, donde esperaban los dos amigos.

Los gansos debían concentrar toda su energía, ya que algunas veces, la caja se perdía dentro del agua. Cuando estuvieron ante ellos, dejaron caer la improvisada embarcación, que serviría para llevar en el interior a sus nuevos amigos.

Estos muy contentos les dieron las gracias y se dispusieron a embarcar. Una vez dentro, se dieron cuenta de que alguien tendría que empujarles, ya que la caja sola no llegaría hasta el rio.

Como todos los gansos estaban ya en el agua, los dos amigos se percataron de su impotencia. Pero aún así no perdieron la esperanza.
Algo alejada, vieron asomar la cabeza de una cabra.

-¡Hola, querida cabra! Si fueras tan amable y quisieras embestir esta caja hasta el río, te quedaríamos muy agradecidos.

- Si…bueno…yo lo haría, pero no puedo, porque me duele la cabeza.

Oh, que pena!-dijo Inocencio-¡ Con la ilusión que nos hace pasear por el río con los gansos!

-Aunque…haría un esfuerzo si me dejarais navegar con vosotros- dijo la cabra.

Los dos amigos se miraron con asombro y asintieron con la cabeza.

-¡Vale! ¡ de acuerdo! Primero nos empujas y luego subes.

La cabra aceptó el trato y, bajando la cabeza, fue empujando la caja hasta ponerla sobre el agua. Cuando se quiso meter dentro, la corriente del río alejó tanto la caja de la orilla, que ya no pudo subir en ella.

-¡ Me habéis engañado! – gritaba la cabra desde la orilla.

- Te has engañado tú misma –dijo PITTI- no has calculado bien tu tamaño, que es más grande que la caja. Nosotros solo hemos aceptado tu poco inteligente idea, aunque, bien mirado, no era ten mala, ya que ha servido para que al fin podamos navegar.

Los gansos que se encontraban algo alejados, volaron hacia ellos y, tirando de las cuerdas, los llevaron hasta la manada.

Así, como en una carroza custodiada, los dos compañeros realazaron, por fin, su paseo por el río, acompañados de sus nuevos amigos, los gansos.


Moraleja: Nunca abandones una buena idea.

FIN.

Autora: Paki López (Sharada)

No hay comentarios:

Publicar un comentario