CURSO DE NUTRICIÓN Y DIETÉTICA

jueves, 4 de septiembre de 2014

La Voz de Espejo de Alicante "EL PAJARITO QUE SE COLÓ POR LA VENTANA"

Un día de Noviembre del año  2007, las hojas caían de los  árboles y el viento  soplaba con fuerza.

Un pajarito revoloteaba  cerca de una casa.  Obligado por el frio, en un descuido, se coló por la Ventana. Inocencio, un cerdito que hacía meses compartía la casa con su dueña, una niña llamada Flor, se asustó y, rápidamente, se escondió detrás de una silla.

El pajarito se puso a curiosear a su alrededor y, creyendo que estaba solo, saltaba y trinaba de un lado para otro, observándolo todo.

Cuando Inocencio se cansó de mirar desde su escondite, salió y levantando el morro, increpó al visitante, que con tanta frescura  curioseaba la casa.

-Hola! –le  dijo. ¿De qué fiesta vienes, que  aún sigues  cantando con tan bonita voz?

-No  vengo de  ninguna fiesta. Esta es  mi voz natural.

Entonces el  cerdito se puso muy triste. Se preguntaba por qué  él  no tenía una bonita voz y no  podía cantar como el pajarito. Así, muy melancólico y con voz algo apagada, se quejaba  de la circunstancia de su naturaleza. A lo que el pajarito, respondió:

-Bueno…tú eres más grande, tienes  cuatro  patas y tu piel es reluciente.

-Sí  dijo Inocencio- pero tú  tienes plumas para protegerte del frio y el calor y, sobre todo, puedes volar.

El  pajarito comenzó a darse cuenta de que, en realidad, él  era más afortunado que el cerdito.  Y empezó a sentirse muy  orgulloso de sí mismo. Tanto, que, saltando a lomos de Inocencio,  se puso a picotear su espalda, cosa que al cerdito no le gustó  nada. Sacudiéndose con fuerza y soltando un gran gruñido. Le produjo  tal susto a la pequeña  avecilla, que esta salió volando  despavorida.

Cuando Inocencio  se hubo calmado, buscó al pajarito y lo encontró  llorando en un rincón. Este, con su vocecita  entrecortada, le dijo:

-Perdóname por  haberme sobre valorado y atreverme a picotear tu espalda, en un momento de estúpido orgullo. Tú has podido comerme y no lo has  hecho. En el futuro procuraré ser más humilde. Después de todo, volar  y cantar no es tan importante.

-Bueno… bueno – dijo el  cerdito- tampoco yo soy un genio, ya que solo puedo ir por el suelo, gruñendo y roncando. Si quieres, yo puedo ser  tu amigo y llevarte sobre mi lomo. De esta  manera tú  me dirás lo que pasa por el aire y yo te informaré de lo que ocurre  en la tierra.  También te protegeré para que nadie te coma.

-Sí, si – aceptó el pajarito- así marcharemos juntos a conocer  el mundo y correr aventuras como dos  buenos amigos que aceptan sus  limitaciones y saben que, juntos formarán  un buen equipo.
Y así, trinando y roncando, cada uno con su propia voz, emprendieron  la aventura  de una nueva  vida.


                FIN.

Autora: Paki López (Sharada)

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